Una babosa marina, Elysia chlorotica,
vive de la fotosíntesis gracias a los cloroplastos robados a las algas
que comió en su infancia. Ahora descubren que además también roba sus
genes.
Este animal es capaz de robar los cloroplastos de las plantas
que come y utilizarlos en su cuerpo para producir energía a partir de la
luz del sol y vivir en exclusiva de ella.